La Muerte y la Bombilla

Cuántas personas se necesitan para cambiar una lamparita (o bombilla, como también se conoce)? Una. Una persona alcanza.

Busque usted una silla y desenrosque la lamparita y usada. Guárdela en su bolsillo o de no tener algún bolsillo a mano baje de la silla y déjela en la mesa. Seguro que hay alguna mesa o alguna otra superficie sólida y estable. También puede tirarla sobre el sofá, pero si elije esta opción, hágalo con mucho, mucho cuidado. Bajarse de la silla es el método más común, porque le permite a uno tomar la lamparita nueva y dejar la vieja en la caja, lo que le permitirá desecharla cómodamente. Súbase nuevamente a la silla y enrosque la lamparita en donde corresponde. Si se olvidó de apagar el interruptor, puede sorprenderlo una bocanada de luz y calor. De otra manera, baje de la silla y trate de prender la luz. Este proceso no debería ocasionarle demasiados problemas.

Pero el tema de que haga falta sólo una persona para cambiar la lamparita nos pone en riesgo de muerte. En la ausencia de meine Frau, decidí reemplazar todas las lamparitas quemadas de casa. Ya se sabe cómo es uno, las bombitas (se llaman así también) se van quemando y mientras uno pueda seguir haciendo las actividades cotidianas en la penumbra, uno nunca las reemplaza.

La cosa es que estaba cambiando la lamparita y me di cuenta de que en cualquier momento me podía caer para atrás y romperle el alma. O peor aún, la espalda. O pegarme en la cabeza y quedar desmayado. O muerto. O agonizante. Quedar paralizado, mirando el techo, la bombita sin cambiar. Incapaz de moverme. Ver pasar la tarde esperando la muerte por inanición o asfixia.

¿Y después qué? ¿Cuánto tardarán en descubrir mi muerte? Días tal vez. O tal vez meine Frau regrese a casa para encontrar mis restos descompuesto, y las moscas en su festín. Un cadaver con una bombilla en la mano. O tal vez llegaría de noche, trataría de prender la luz y shit, es ist kaputt. Y luego buscar la linterna en el cajón para alumbrar las malas noticias.

No es la primera vez que pienso estas cosas. Cuando vivía solo en Buenos Aires se me ocurrió más de una vez. Que me caería en la bañera y a las dos semanas la gente empezaría sospechar. Es un poco lo que deben sentir los viejos cuando se van a dormir. Tal vez no me despierte, y luego pasarán las semanas hasta que la familia llame.

Hoy meine Frau ha vuelto. Voy a cambiar algunas lamparitas. Me va a decir "Try not to fall, please" y yo le voy a responder que cómo se piensa, de una silla, yo, caerme, ja. Esta que se preocupa por cualquier cosa! De una silla!

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